Semana 25 de Embarazo
Mamá:
En el embarazo tu volumen de sangre aumenta, pero el número de glóbulos rojos es menor, por lo que en ocasiones se produce un tipo de anemia denominado anemia fisiológica, lo que es habitual en el segundo y tercer trimestre de gestación. Tu doctor realizará un análisis para comprobar si posees anemia, y si es así, posiblemente te recetará un suplemento de hierro.
Debido al aumento de tus hormonas sexuales,
denominadas andrógenos, es posible que sufras un aumento del vello
corporal, éste puede que se presente de manera más abundante en el
labio superior, la barbilla, la mandíbula, e incluso en tu barriga y
tus pechos. No obstante, esto es algo pasajero y se normalizará cuando des a luz. En este período tu pelo se advertirá más brilloso y abundante que antes, ya que existe una disminución de su caída.
Has subido mucho de peso
y es usual que comiences a sentir malestares propios de tu estado, a
nivel pubiano, en la columna o las articulaciones. Por lo general, son
incomodidades llevaderas, debes tomarlas con calma y considerar además
que existe un lapsus de adaptación.
Tu bebé
ahora presiona más tu vejiga, por lo que vas a tener un mayor deseo de
orinar, y además sentirás ganas de tomar líquido durante todo el día.
Experimentarás dolores en la pelvis, producto del mayor tamaño de tu hijo y el ensanchamiento del útero. Asimismo, sentirás mucha picazón, dado al estiramiento de tu piel. También es posible que tu médico te pida un examen de glucosa, que se solicita entre las semanas 24 y 28.
Es recomendable que realices ejercicios, en la medida que sea posible. Si sientes cansancio,
falta de aire, fatiga o algún dolor inusual, es mejor que no hagas
ningún esfuerzo físico. Tu cuerpo ha cambiado mucho, por lo que no le
puedes exigir lo mismo que antes. Intenta no recostarte de espaldas por
mucho rato, ni realizar ejercicios en que puedas desestabilizarte.
Procura hidratarte lo suficiente y comenzar siempre con una rutina
liviana.
Bebé:
Tu bebé mide alrededor de 30 centímetros y pesa entre 680 y 800 gramos.
Ya siente todos los sonidos que lo rodean, suele asustarse con ruidos
demasiado fuertes o se motiva con algún tipo de música; es recomendable
que escuche música clásica por las noches, pues según estudios esto
impulsa un mayor desarrollo. Además estos sonidos lo tranquilizarán
luego de que nazca, ya que le serán familiares.
Los ojos de tu bebé
ya poseen pestañas, pero su color no se ha definido completamente, ya
que requieren luz para terminar de desarrollarse, por ello es común
que sus ojos cambien después de nacer. Investigaciones recientes han
señalado que la tonalidad de los ojos está determinada por varios
genes, por lo no se puede definir sólo con ver los ojos de los padres.
Con el tiempo irá creciendo y aumentando de peso, y
su piel se verá más lisa. Su aspecto se nota cada vez más normal,
tiene cabello en su cabeza, y ya ha tomado color y textura, aunque irá
cambiando después de nacido.
Tu bebé ahora escucha mucho más, las ondas sonoras se transportan con más velocidad por el líquido amniótico que
por el aire, además su oído está mucho más desarrollado. De esta
manera, ahora puede notar todo lo que sucede en su entorno, y percibe
perfectamente los sonidos que emite tu cuerpo, así también los que el
mismo produce al desplazarse por tu útero. Esto establece una estrecha
relación entre padres e hijos, luego de nacer.
Tips:
Procura compartir esta vivencia con tu pareja. Es frecuente que el papá quede fuera de las decisiones en torno al bebé, pues tú estás muy inmersa en este proceso, pero es importante escuchar sus opiniones, y hacerlo partícipe del embarazo.
Semana 26 de Embarazo
Mamá:
En este período tu presión sanguínea subirá hasta alcanzar el nivel que tenías antes del embarazo; entre las semanas 22 y 24 tu presión llega a su estado más bajo. Tu piel se está estirando más de lo normal, y es posible que sientas picazón. Asimismo, notarás molestias en la pelvis, pues tu bebé está desarrollándose con rapidez y tu vientre está creciendo.
Es habitual también que en esta etapa sufras de
estreñimiento, cerca de la mitad de las mamás lo padecen. Tu sistema
digestivo funciona con más lentitud, y el peso de tu útero aprieta tu
recto. Además las pastillas de hierro ayudan a esta situación.
Has subido considerablemente de peso, sobretodo en la zona de tu trasero y tu guatita. Debes cuidar tu postura, el peso de tu vientre hace que arquees tu espalda, pero es recomendable que te pares derecha y mantengas una posición adecuada.
Es primordial que estés informada acerca de la preeclampsia,
que por lo general aparece en el último trimestre del embarazo. Sin
embargo, esta afección es poco usual, y afecta a tres de cada siete
mujeres embarazadas.
Esta enfermedad te producirá una serie de molestias. Por la retención de líquido puede que experimentes un inusual aumento de peso, hinchazón de manos y rostro; además tendrás visión borrosa, dolores de cabeza inesperados, incluso dolores constantes en la zona superior del cuerpo.
Si sientes cualquiera de estos síntomas debes
consultarlo de inmediato con tu doctor. De todos modos, se diagnostica
en los controles médicos, por medio de la toma de presión y un examen
de proteína en tu orina. La preeclampsia es una enfermedad muy peligrosa y su identificación temprana es esencial para tu salud y la de tu bebé.
Bebé:
Tu hijo mide 33 centímetros aproximadamente y pesa alrededor de 900 gramos.
Está renovando su piel con rapidez, y ésta ya no es tan transparente,
aunque aún es muy delicada y está protegida por la vermix, una capa
grasosa que la separa del líquido amniótico.
Después de mantener sus ojos cerrados para el desarrollo de su retina, en este período tu bebé
empieza a abrirlos y ya ensaya el ejercicio de parpadear. El
desarrollo de sus nervios permite que tenga más reacciones hacia lo
que siente en su exterior, y como un modo de protección estira sus
brazos y piernas al oír ruidos muy fuertes. De igual manera, está
practicando su respiración para cuando nazca.
Ahora se moverá mucho más que antes, ya muestra
reflejos como los de succión y se le puede ver chupando sus dedos con
frecuencia. Pasa la mayor parte del tiempo durmiendo, por ello cuando
despierta está más alerta y cuenta con más vigor que antes. También
comienza a ingerir líquido amniótico, lo que permite que su sistema digestivo se vaya desarrollando.
Tu bebé empieza a aumentar rápidamente de peso y
acumula grasa. Esto le ayudará a adecuarse a la temperatura exterior
cuando nazca, y tendrá más fuerzas y calorías al comienzo de su vida.
Aunque es usual que los recién nacidos, y generalmente los que toman leche materna, bajen de peso en su primera semana.
Tips:
En este período es posible que tengas sueños
extraños. Los sueños premonitorios te mantendrán despierta, o te
impedirán dormir con tranquilidad. Puede que sueñes con la llegada de
tu hijo, o tal vez la etapa de la crianza.
Semana 27 de Embarazo
Mamá:
Tus piernas estarán más susceptibles a los calambres, ya que has aumentado considerablemente de peso,
y tu útero y los nervios que recorren tus piernas hacen que tu sistema
circulatorio trabaje más. Éstos se harán notar generalmente por las
noches, y serán más fuertes con el pasar de los meses.
Para sentirte mejor, estira los músculos de la parte
trasera de los tobillos. Flexiona un poco las rodillas, y con el talón
apoyado en el suelo, mueve hacia arriba los dedos de los pies.
También es recomendable realizarte masajes o caminar pequeños tramos
para relajarte.
Dado los cambios hormonales, tus pies y tu rostro se
inflamarán. Si esto es excesivo, acude a tu doctor. En este período es
usual que sufras de estrías
en los senos y tu panza. También tendrás problemas para dormir, pues
tu cuerpo es mucho más voluminoso. Procura alimentarte bien y no
estresarte.
También sentirás contracciones, aunque no todas las mamás experimentan esta situación. Las contracciones se sienten como un retraimiento del útero, y suceden luego de la sexta semana de embarazo, no obstante, las percibirás cerca de la semana 30. Si las contracciones superan las cinco en una hora, debes consultarlo con tu médico, pues puede ser un síntoma de parto prematuro. Aunque esto no es tan preocupante, pues en la semana 27
tu hijo ya se encuentra bien desarrollado, y puede nacer sin problemas,
eso sí, deberá permanecer bajo cuidados y en una incubadora.
Tu vientre crece con rapidez, y sentirás continuos dolores en la zona inferior de la espalda y en la parte trasera de la pelvis,
incluso puede abarcar la zona posterior de los muslos. Esta molestia
se hace presente al subir escaleras, caminar demasiado o elevar algo
muy pesado. Hay ocasiones en que sentirás más dolor, como cuando estás
sentada y te mueves hacia delante, ya que estás presionando tus
caderas. Debes descansar lo suficiente para recuperarte.
Bebé:
Tu hijo mide 36,5 centímetros y pesa 1 kilo, aproximadamente. Ahora crece con más velocidad y casi colma la capacidad de tu útero. Algunos bebés
suelen voltearse, y quedar con los pies mirando hacia arriba, así,
puedes incluso reconocer en tu vientre sus manitos, trasero, o
rodillas. Está más enérgico, pues su cerebro se encuentra más
desarrollado.
En esta semana es reconocible el latido de su corazón
con sólo poner el oído en tu guatita. Tus latidos se relacionan mucho
con los suyos, por lo que tus emociones también lo afectan. Es
primordial que mantengas una vida sana, para no generar inconvenientes
posteriores en tu bebé.
En esta etapa ya posee un horario regular de sueño,
puede abrir y cerrar sus ojos, y suele succionar su dedo. Ya se mueve
con libertad, y se hace notar, incluso presenta hipo, aunque este no
genera ruido, pues no tiene aire en sus pulmones. El hipo aparece por
momentos cortos, y a tu hijo no le incomoda.
Sus pulmones es lo último en constituirse, ahora consigue el oxígeno de tu placenta por medio del cordón umbilical,
además de lo que ingiere en la bolsa amniótica. No obstante, los
músculos de su pecho ya ensayan los ejercicios de respiración, usando
el diafragma y sus pulmones.
Tips:
Es de suma importancia que mantengas una
alimentación equilibrada, ya que el aumento excesivo de peso puede no
ser beneficioso para ti y tu bebé.
Tu pareja toma un papel muy importante en esta tarea, pues puede
ayudarte a controlar esos antojos, tan frecuentes en este período del embarazo.
Semana 39 de Embarazo
Mamá:
Es posible que en este período sufras la rotura de
la bolsa. Algunas mamás sienten una caída de agua muy intensa, mientras
otras sólo advierten un chorrito menor. Si percibes estos síntomas, o
tienes contracciones regulares, debes llamar enseguida a tu médico.
Como dato importante, sólo el 15 por ciento de las mamás rompen el saco amniótico justo antes de comenzar el parto.
No obstante, si esto sucede debes llamar enseguida a tu doctor, y
debes mantener la calma, pues aún podrían pasar horas hasta que
percibas la primera contracción.
Si percibes un flujo vaginal
mucoso y con rastros de sangre, es posible que estés eliminando el
tapón que sella el cuello del útero, y que protege a tu hijo de
posibles infecciones. El parto comenzará uno o dos días luego de que botes este tapón.
Las pérdidas importantes de sangre y las
contracciones regulares, también corresponden a señales pre parto.
Cuando tus contracciones se extiendan por un minuto, cada cinco minutos en una hora,
es momento de que llames a tu médico. Recuerda que el intervalo entre
contracciones se cuenta desde el comienzo de una hasta el comienzo de
la otra.
Hay distintos fármacos para aliviar los dolores de parto,
ya sea para mitigar una parte, o bien, para acabar con las molestias
completamente. Asesórate con un especialista acerca de las alternativas
existentes.
Tu doctor te realizará un examen abdominal para
verificar el tamaño y la posición de tu hijo. De igual modo, puede que
te haga una prueba interna para ver si el cuello del útero ha comenzado
a afinarse, o a dilatarse. Si luego de esta semana tu bebé aún no desea venir al mundo, no te aflijas, pues sólo el cinco por ciento de los niños nacen en la fecha pronosticada.
Si te excedes del día previsto para el parto, pasadas las 40 semanas, es probable que tu médico te realice un ultrasonido para comprobar si es recomendable seguir con el embarazo. En tanto, puede que proceda a inducir el parto, si éste se retrasa en una o dos semanas la fecha estimada.
Si te excedes del día previsto para el parto, pasadas las 40 semanas, es probable que tu médico te realice un ultrasonido para comprobar si es recomendable seguir con el embarazo. En tanto, puede que proceda a inducir el parto, si éste se retrasa en una o dos semanas la fecha estimada.
En esta fase puede que sufras de inflamación en tus pies y tobillos,
pero es un síntoma normal. Intenta aliviar esta incomodidad colocando
tus pies en alto, y descansando el tiempo que estimes necesario.
Recuerda alistar todos los detalles para tu estadía en el hospital.
Bebé:
Tu bebé
ya está preparado para nacer, el día tan soñado está pronto a llegar.
Ya ha eliminado el lanugo, aunque puede que notes rastros de éste en su
frente y espalda. Sus ojos cambiarán su color original hasta seis
meses después de nacer.
Tu hijo mide entre 45 y 52 centímetros y pesa entre 2,9 y 3,6 kilogramos.
Continua acumulando grasa para así regular su temperatura al nacer.
Por lo general, los niñitos tienden a pesar un poco más que las
niñitas.
Sus órganos están desarrollados por completo, y
ahora que ya está más gordito, su piel se nota más tersa y con menos
arrugas y pliegues. Aunque su espacio en el vientre es mucho menor
sigue muy activo, se mueve en la medida que el espacio se lo permite, y
se mantendrá así hasta el día que venga al mundo. Si su dinamismo es
menor, consúltalo enseguida con tu doctor.
En este período tu bebé consume líquido amniótico
y comienza a juntarlo como un material de desecho llamado meconio. El
meconio, una sustancia negruzca y pegajosa, corresponde a lo primero
que tu hijo eliminará después de nacer.
El cordón umbilical, que trasladaba los nutrientes de la placenta a tu hijo mide ahora cerca 50 centímetros de largo y 1,3 centímetros de ancho.
Como el espacio en el útero es más reducido, es usual que se enrolle
alrededor del bebé, aunque es muy flexible y no causa mayores
complicaciones. Sin embargo, hay niños que nacen con el cordón
umbilical abrazando su cuello, pero es fácil cortarlo, pues desde la semana 35 los partos son menos complejos.
Aún no se conoce con exactitud qué hace que comience
el parto, aunque sí se entiende que los pulmones de tu hijo y tu
placenta tienen mucho que ver. Cuando los pulmones están desarrollados,
secretan una proteína al líquido amniótico que cambia la producción
hormonal. Producto de aquello, la placenta baja su emanación de
progesterona e impulsa la producción de oxitocina.
La oxitocina regula las contracciones del útero y
señala si ocurrirá el parto. Igualmente, aísla tus recuerdos y te ayuda
a evadir el dolor, fomentando así la unión entre tú y tu bebé.
Tips:
Si todavía no tienes nociones de cómo cambiar un
pañal, es momento de que lo averigües. Es primordial que tú y tu pareja
conozcan los cuidados básicos que le darán a su hijo, como cambiar un
pañal, bañarlo o hacerlo dormir.
Semana 40 de Embarazo
Mamá:
El cuello del útero estará más flexible y aprontándose para el parto,
mientras tu vientre comienza a descender. Podrás notar que las
contracciones se presentan con más fuerza, aunque no debes equivocarte,
pues las reales suelen ser mucho más homogéneas. Para no confundirlas
tienes tomar nota del momento en que empieza cada una, y por cuánto se
entienden. Las contracciones van aumentando en intensidad y
frecuencia, y se prolongan por 30 ó 60 segundos.
Para que estés más preparada para el gran día es necesario que tengas presente las señales que te indicarán que el parto
se avecina. Si pierdes sangre roja, rompes bolsa o adviertes
contracciones regulares y potentes, que no se alivian aunque cambies de
posición, es primordial que te comuniques enseguida con tu doctor,
pues posiblemente te encuentre en labor de parto.
Tu bebé
ya se encuentra en posición fetal y se dispone a salir. Su peso es
mucho mayor y sentirás cómo presiona tu vejiga, lo que seguramente te
producirá reiteradas ganas de orinar.
En esta semana tu cuerpo ya ha experimentado innumerables cambios. Tu vientre ha crecido de manera extraordinaria, tus pechos son más grandes y tu ombligo sobresale de tu panza. Percibirás tu piel más tensa y con picazón, sobretodo en tu vientre, pues su dimensión es ahora mayor. Notarás además que tus pies y tobillos están inflamados, aunque es algo normal. Para aliviar estas molestias, coloca tus pies en alto y descansa el tiempo que estimes necesario.
Reposa y toma las cosas con calma, es esencial que en estos últimos días descanses y te prepares para todo lo que conlleva el parto, que cada día está más cerca.
Bebé:
A partir de ahora, tu bebé puede nacer en cualquier instante. Sin embargo, si no nace dentro de la semana 40 de embarazo, no tienes que afligirte, pues sólo el cinco por ciento de los niños nacen en la fecha estimada.
Si tu hijo está de término, ya posee el tamaño
adecuado, y se encuentra preparado para venir al mundo. Gran parte de
la sustancia grasosa que lo cubría, denominada vermix, se ha disipado,
aunque es posible que aún posea restos, en especial en sus pliegues.
Asimismo, ya tiene pelo y uñas algo largas, incluso podría haberse
arañado.
Tu bebé mide entre 48 y 53 centímetros, y pesa entre 3 y 4,5 kilogramos.
Tus citas al médico serán más constantes, pues es necesario garantizar
que no exista ningún inconveniente. De todos modos, pregunta sobre la
frecuencia que deberían tener tus controles pre natales.
Aún es un misterio qué inicia el parto. No obstante, se sabe que los pulmones del bebé y tu placenta tienen mucho que ver en aquello. Cuando los pulmones están desarrollados, secretan una proteína al líquido amniótico que cambia la producción hormonal. Así, la placenta reduce la emanación de progesterona e impulsa la producción de oxitocina.
La oxitocina regula las contracciones del útero y señala si ocurrirá el parto.
De igual manera, aísla tus recuerdos y te ayuda a evadir el dolor,
para así fomentar la unión entre tú y tu hijo. En este período ya
puedes ver nacer a tu bebé en cualquier momento, por lo que es esencial que tengas todo preparado para el gran día.
Tips:
En esta semana procura relajarte y darte pequeños
gustos. Puedes ir a la peluquería, hacerte una manicure, o bien, acudir
a algunas sesiones de masajes. Dile a tu pareja que te regalonee
harto, pues debes estar tranquila y disfrutar tus últimos momentos de
soledad, antes de que nazca tu hijo.
Semana 28 de Embarazo
Mamá:
Bebé:
Continúa creciendo y aumentando de peso. Su aspecto ya toma la forma que tendrá al nacer, pero más diminuto y menudo. En esta semana comenzará a formar una capa de grasa bajo la piel.
Tips:
Semana 29 de Embarazo
Mamá:
En los tres últimos meses del embarazo, tú y tu bebé engordarán en mayor medida que los meses anteriores. En el último trimestre es usual que subas cerca de cinco kilos, aumentarás medio kilo por semana, aunque esto es un promedio, y los casos son distintos en cada mamá.Bebé:
Tips:
Semana 30 de Embarazo
Mamá:
El bebé:
Tips:
Semana 31 de Embarazo
Mamá:
Bebé:
Tips:
Semana 32 de Embarazo
Mamá:
Bebé:
Tips:
Semana 33 de Embarazo
Mamá:
Bebé:
Tips:
Semana 34 de Embarazo
Mamá:
Es posible que también adviertas algunos granitos rojos o ampollas en la panza, los que producen picazón. Estas molestias, que pueden presentarse de igual manera en tu trasero y muslos, se designan pápulas y placas pruriginosas y urticariformes del embarazo, y por lo general son inofensivas. No obstante, es necesario que le indiques esto a tu médico, pues puede relacionarse con un problema al hígado.
Bebé:
Tips:
Semana 35 de Embarazo
Mamá:
Bebé:
Tips:
Semana 36 de Embarazo
Mamá:
Bebé:
Tips:
Semana 37 de Embarazo
Mamá:
Bebé:
Tips:
Semana 38 de Embarazo
Mamá:
Bebé:
Tips: